Esta semana acudí a ver la aclamada película de Damien Chazelle, “La La Land”. Mientras esperaba el arranque del film sentado en mi butaca, pude ponerme al día con una serie de artículos que tenía pendientes de lectura. Sin apenas darnos cuenta, ya vivimos en la denominada 4ª revolución industrial. Una revolución digital marcada por una tecnología que difumina los límites entre lo físico y lo virtual, y que nos ofrece una conectividad exponencial, la llamada Transformación Digital.
Precisamente en un momento crucial de La La Land, los personajes de Gosling y Legend discuten sobre la contraposición entre tradicionalismo y revolución en relación al jazz. Un debate aplicable a las empresas que todavía hoy se resisten a arrancar sus procesos de digitalización.
Las ventajas competitivas que aporta a cualquier compañía disponer de soluciones como un ERP o un CRM se están viendo incrementadas gracias a herramientas como el Business Analytics, el Big Data, el Cloud Computing, la Inteligencia Artificial, los Servicios Cloud… servicios que impulsarán a las empresas hacia sus objetivos (ya sea bajo notas de jazz, o no) mediante una optimización total de sus procesos y el tratamiento de los datos generados de su actividad.
El enfoque de “La La Land” y sus protagonistas es totalmente nostálgico. Tanto Gosling como Emma Stone representan personajes enamorados del pasado, de cómo se realizaban las cosas antes. Pero ambos comparten la certeza de que éste solo puede servir para ir hacia adelante. Este posicionamiento es el que deben compartir los directivos para liderar a sus empresas con éxito. Ellos son los responsables de realizar una transformación cultural corporativa que facilite la integración de las nuevas herramientas tecnológicas. Pero también deben ser los encargados de liderar el reciclaje profesional de sus empleados para que sigan siendo relevantes en el futuro de sus compañías.
Todas aquellas empresas que logren alcanzar un equilibrio que potencie lo mejor de la tecnología con el fin de ponerla a disposición de su equipo profesional serán las que obtendrán el éxito. El pasado, solo sirve para ir hacia adelante.
La transformación digital no es una meta, es el nuevo motor de las empresas
Del mismo modo que el jazz es una familia de géneros musicales que comparten características comunes, la transformación digital de las empresas tampoco puede delimitarse con facilidad. Sin embargo, ambos campos comparten un diferencial clave para su correcta ejecución; todo debe estar alineado hacia un objetivo común.
Existen una serie de valores que todo directivo debe tener presentes y que forman la base sobre la que las empresas encontrarán su sitio y avanzarán; La formación de los empleados en competencias digitales, la creación de entornos de colaboración y trabajo, la flexibilidad necesaria para adaptarse al nuevo ecosistema empresarial, y una constante búsqueda de innovación.
La transformación digital no es una meta, es el nuevo motor de las empresas. Y pronto, aquellas empresas que no generen los escenarios adecuados para una correcta implementación digital se verán relegadas por su competencia.
Tal y como afirma el personaje de Emma Stone, “la gente ama ver a otras personas haciendo lo que les apasiona” y en Marqués ME mediante la implantación de todo tipo de soluciones tecnológicas, nos encanta ayudar a las empresas a que sigan haciendo aquello que les apasiona.
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