La trazabilidad de los alimentos es un concepto que, hasta hace no mucho tiempo, era desconocido por la mayor parte de la gente ajena a la industria alimentaria o la hostelería. Sin embargo, durante las últimas décadas hemos podido comprobar un aumento en alertas alimentarias reportadas, tanto a nivel nacional como internacional en algunos casos.
Sin ir más lejos, en todo el territorio de la Unión Europea, se reportó en 2020 un incremento del 22% de alertas graves respecto al año anterior de acuerdo con el informe anual de RASFF (The Rapid Alert System for Food and Feed).
La RASFF es el sistema rápido de alertas de riesgos en alimentos y piensos que se encarga de velar por nuestra seguridad alimentaria. Este organismo coordina y notifica cualquier incidencia detectada en Europa, ya sea en los autocontroles de los fabricantes, distribuidores, en inspecciones y controles oficiales, en aduanas… La red también recoge las quejas de consumidores, notificaciones de intoxicaciones alimentarias e incidencias en ventas online.
¿Qué es la trazabilidad de los alimentos?
La trazabilidad alimentaria consiste en la identificación unívoca de cada lote de forma que quede garantizada su procedencia. Además, también se identifican elementos tóxicos, posibles alérgenos o cualquier ingrediente perjudicial para la salud con el fin de que no acaben llegando a los consumidores.
La normativa europea ha ido imponiendo condiciones progresivas sobre trazabilidad alimentaria con el paso de los años. La legislación ejerce una necesaria presión normativa que obliga a las empresas de alimentación y bebidas a implantar protocolos de trazabilidad alimentaria con el fin de velar por la salud pública.
El no cumplimiento de estos estándares de trazabilidad de los alimentos en este sector puede tener dos graves consecuencias para las empresas de la industria alimentaria:
- Se exponen a la retirada del mercado de sus productos alimentarios
- Se arriesgan a importantes sanciones de las autoridades competentes
Ambos escenarios son igual de indeseables. Al perjuicio económico que suponen se suma la mala imagen y la pérdida de prestigio como marca que conlleva una crisis alimentaria de cara a los consumidores.
La importancia de la trazabilidad en la industria alimentaria
No hay duda de que el cumplimiento normativo de calidad y trazabilidad puede llegar a suponer un verdadero quebradero de cabeza para las empresas del sector alimentario. Hay que tener en cuenta que las normativas sobre seguridad alimentaria son muy elevadas y, por lo tanto, los riesgos que se asumen también lo son.
Sin ir muy lejos, el escenario en la industria alimentaria es desigual en función de las distintas figuras involucradas en el sector de alimentación y bebidas. Por un lado, las grandes empresas pueden asumir la retirada de grandes lotes de productos y destinar recursos para blindarse legalmente frente a estas situaciones. Sin embargo, las pymes del sector alimentario pueden sufrir una situación mucho más agravada y quizá enfrentarse a la desaparición.
El problema más grande de todos se produce cuando se dan situaciones de alerta con productos contaminados. Los riesgos más frecuentes en el año 2020 dentro de los países miembro de la Unión Europea fueron los relacionados con microorganismos patógenos, residuos fitosanitarios, alérgenos y cuerpos extraños en los alimentos.
El TOP 5 de los alimentos con más problemas según el ranking de RASFF son:
- Frutas y verduras
- Suplementos, alimentos enriquecidos y alimentos dietéticos
- Carne y productos cárnicos (no aves)
- Cereales y bollería
- Pescados y derivados a base de pescado
El software de trazabilidad alimentaria
La complejidad de las cadenas de suministros actuales en las que intervienen tantos actores dificulta enormemente el seguimiento y la trazabilidad, a menos que se utilicen las tecnologías y métodos apropiados.
La transformación digital avanza a pasos agigantados conforme la tecnología evoluciona. Gracias a eso, hoy en día existen más recursos con los que poder hacer frente a las exigencias sobre la trazabilidad de los alimentos. Estos recursos no quedan solo reservados exclusivamente a las grandes empresas, si no que son accesibles para el resto de negocios (y ahora mucho más con las recientes subvenciones para pymes del Kit Digital).
El software de trazabilidad nos puede ser muy útil y ayudarnos por ejemplo en el etiquetado mediante identificación RFID y los códigos QR. Mediante estos protocolos podemos registrar información sensible y hacer un seguimiento de los productos durante toda la cadena de suministro.
Si disponemos de sistemas de gestión de calidad en la nube como ShareMe QMS, las tareas de control y trazabilidad de los lotes se ven claramente optimizadas. Este tipo de software ayuda a las empresas a cumplir con los requisitos de calidad y trazabilidad alimentaria.
Si estás buscando una solución de gestión para tu negocio, desde Marqués te acompañamos en tu proceso de transformación digital y te asesoramos para que puedas hacer frente a los obstáculos de la trazabilidad de los alimentos. ¡Rellena el formulario y contacta con nosotros!