Todo lo que no se presente avalado por datos, pierde valor. Los datos han pasado a formar parte de nuestro día a día. Y personalmente, considero este hecho un gran avance social. Vivimos en una burbuja de comunicación, donde únicamente los datos aparecen como el filtro capaz de cribar entre información y desinformación.
Actualmente existen multitud de periodistas que ya utilizan herramientas de tratamiento de datos para ilustrar sus artículos, analistas de negocio que justifican sus presupuestos mediante soluciones de Business Intelligence, empresarios que se apoyan en el BigData para la toma de decisiones… y así un largo etcétera de ejemplos que muestran como la narración moderna de cualquier ámbito va incorporando la figura del dato.
Un estudio de Google New Lab señala que el 42% de los periodistas ya se apoyan en el data regularmente
Cualquier persona o empresa puede acceder con cierta facilidad a bases de datos públicas o generar en un espacio de tiempo relativamente corto, su propio registro. No obstante, es necesario convertir los datos en información. Y ese es el objetivo de herramientas como PowerBI y otras soluciones relacionadas con el Business Intelligence; la conversión del data en información accesible.
Una vez los datos son tratados y presentados en un formato visual, percibir la historia que cuentan se convierte en algo factible incluso para aquellos que siempre han percibido las cifras o las matemáticas en un archienemigo histórico.
Transformar los datos en información será una práctica vital en todos los ámbitos, desde el periodismo a empresarios de PYMES o grandes multinacionales, pasando por empleados de cualquier tipo que quieran promover una iniciativa o defender un producto o idea. Cualquier toma de decisiones deberá estar avalada por datos.
Discernir entre datos narrativos, datos puros y datos sin valor en la narrativa, clave.
La sencillez en recoger y presentar bajo una interfaz visual grandes cantidades de datos es la clave de la gran acogida que ha tenido la solución PowerBI en el mercado. Frente a un panel en el que los datos se muestran en un formato estructurado y visual, decidir qué datos refuerzan el relato, cuáles son banales y cuáles deben pasar a ser datos totalmente narrativos se convierte en una tarea sencilla. Y el mejor modo de hacer esta criba, como en cualquier historia, es ponerse en el lugar del público.
Ya se trate del CEO de la compañía, los compañeros de equipo, el cliente al que nos dirigimos… es importante saber qué tipo de interacción demandaran ellos sobre los datos y que interacción nos interesa a nosotros que tengan. Como suele ocurrir en la vida, el término medio resultará la mejor opción para captar su interés y mostrar todo aquello que deseamos enseñar.
Cada acción que realizamos queda registrada. Cada registro es un dato. Y ahora, gracias al Business Intelligence, es tremendamente sencillo captar y transformar las cantidades de datos que nos rodean, en información relevante y comprensible.
Podéis acceder al estudio de Google New Lab sobre el creciente uso del data, aquí.